Los silos de la discordia

Vecinos del Fraccionamiento Paseo de Los Olivos creían que tenían un patrimonio de vivienda para toda su vida, en un lugar cómodo, seguro; sin embargo se encontraron con que la construcción de silos industriales de una empresa de tostadas les hace la vida imposible: ruidos, riesgo constante y una indiferencia para resolver su problema.

ADRIÁN LUJÁN

La señora Angelita Domínguez no duerme desde hace meses. Por las noches cuando quiere soñar despierta en medio de la noche. Con los nervios alterados, así se la pasa todo el día, diario.No es una pesadilla de sueño, no. Es la realidad. Ella igual que cientos de personas del Fraccionamiento Paseo de Los Olivos sufren de lo mismo: ruidos intensos que generan los silos, los cuales operan a escasos metros, en la fábrica de Tostadas Blanca y la fábrica de molino harinero MUNSA.

La niña Victoria tiene una alergia. Cada vez que respiraba la “lluvia” de tamo de maíz y trigo emanadas de los silos le generaba una tos intensa. Hasta que sus padres Gema y Eduardo tomaron una decisión. Por recomendación de un especialista tuvieron que abandonar la vivienda que adquirieron hace seis años.

Cedieron ante los “monstruos” silos.

Pero la pesadilla no se queda sólo en las noches para los centenares de vecinos. Durante el día, cuando la fábrica procesa miles de tostadas, los 15 silos operan como máquinas y se convierten en auténticas “bombas de tiempo”. Una chispa, un viento huracanado, bastaría para que la explosión y el fuego se extendiera sobre las cientos de viviendas que conforman este fraccionamiento.

A esto le temen los vecinos, por lo que muchos ya han abandonado este lugar.

Y pese al peligro que esto representa, las autoridades cambiaron el uso de suelo de esta zona, lo que les permitió a estas industrias extenderse con los silos.

Esto ocurrió en 2013.

El Ayuntamiento modificó el uso de suelo, de normal habitacional a “mixto”. Esto significa que en esta área habitacional también el uso de suelo puede ser industrial. Una combinación letal… peligrosa. Una industria a unos metros de casas habitacionales. Sólo una barda de bloque los divide.

Óscar Zatarain es un vecino del Paseo de los Olivos, él junto con otros colonos han recabado información para impedir que haya silos industriales y que tampoco se construyan más. En sus argumentos de prueba, los cuales ha llevado hasta el Cabildo, tiene varios.

Uno es un plano de 2004 cuando este lugar se ofrecía como un lugar tranquilo y seguro. En este documento expedido se observa que en esta zona el uso de suelo era habitacional.

Otro trámite que no entienden los vecinos es la razón por la que Protección Civil expidió el permiso para que la empresa, propiedad de Manuel Felix, construyera los silos, tanto en Munsa como Tostadas Blanca.
Félix, el propietario de Tostadas Blanca,fue electo empresario del año en 2011.

“Cuando nosotros llegamos a este lugar síestaba la industria, pero no había más de cinco silos y estaba retirado, tanto Tostadas Blancas como el molinero harinero Munsa se dieron vuelo construyendo, porque la autoridad cambió el uso de suelo, de habitacional a mixto, esto les permitió extenderse pero ya están aquí pegados, sólo una barda nos divide”, señala en entrevista realizada en el patio de su vivienda.

Mientras esto ocurre en este Fraccionamiento, la Comisión de Urbanismo ya tiene la documentación por lo que en estos días dará a conocer las presuntas anomalías en que se incurrió para la construcción de los silos.
Por su parte, Óscar Osuna, director de Protección Civil, admite que la empresa Munsa no tiene permiso para la construcción de dos silos, por lo que tienen que destruirlos.

Y en el caso de Tostadas Blanca se amparó para evitar que les apagaran el funcionamiento de dos silos.

Así, con estas difícultades y ante la falta de respuesta de la autoridad local, los vecinos advierten que van a organismos internacionales. “No nos quedaremos aquí, vamos con todo”, afirma Zatarain.

INICIA El CALVARIO

Todo empezó en octubre de 2013. Los vecinos notaron que la empresa Munsa y Tostadas Blanca levantaban silos de acero de más de 10 metros de altura. Óscar y sus vecinos no daban crédito a lo que pasaba. Y es que el levantar estos silos es sinónimo de riesgo.

Y es que estudios de universidades de España y de UNAM revelan que el tamo de maíz y trigo, los cuales a diario “baña” al Fraccionamiento Los Olivos es altamente flamable. Esto signfica que con cualquier chispa o una llamarada habría un fuego que se expandiría rápidamente. Pero aún hay más. Cualquier estallido o problema al interior de las fábricas rápidamente rebotaría en las viviendas. De hecho, el ruido que se genera es de hasta 95 decibeles, lo que viola norma ecológica.

Zatarain enseña un documento expedido por Ecología en donde los inspectores concluyeron con que “no había novedad”.

“Como puedes ver estamos a escasos metros de los silos, sólo una barda nos divide”, señalan Virginia Castro Toledo y Leticia Virgen Segura, quienes también atestiguan la plática.

Explican que cuando recién adquirieron sus viviendas hace seis años no había más de cuatro silos y estos los separaba una franja de varios kilómetros. En esta franja de terreno estaba una invasión que llamaban “la invasión de las tostaditas blanca”. Sin embargo, explica Zatarain, esta franja fue ocupada por la empresa de tostadas para precisamente construir hasta cinco silos.

“Es aquí cuando alguien cambió el uso de suelo de urbano a mixto lo que le permitió a la empresa extenderse con los silos, los cuales ya nos están causando mucho daño a todas las familias de aquí”. Dicha franja de pronto desapareció tras el cambio de uso de suelo repentino.

“Aquí Planeación dio las facilidades a la empresa para que se colocara sus silos demasiado cerca a las viviendas”.

Y como la mayoría de los vecinos de Los Olivos, Virginia y Leticia afirman que llegaron aquí para tener otra calidad de vida y con el ruido de los silos no la están disfrutando.

“No pagamos 4 pesos por estas casas, nos costó y por eso no queremos más los silos aquí”, manifiesta Leticia.

Coincidentemente al momento de la entrevista que se hizo al filo de las 6 de la tarde de un lunes, empezó a caer tamo, derivado de los granos de maíz y de trigo.

“Creo que te tocó lluvia”, ironizó Virginia.

Es este el mismo tamo que provocó la mudanza de una familia por los problemas de salud de su hija.

SE HACEN INSPECCIONES: PROTECCIÓN CIVILsilos1

El director de Protección Civi, Óscar Roberto Osuna admite que la empresa Munsa no tramitó el permiso para construcción de dos silos, por lo que ya no están en operación. Y en el caso de Tostadas Blanca tramitaron un amparo y un juez resolvió para que los silos sigan operando.

“El molino harinero no tiene permiso y así construyó, aquí ya se les indicó que tienen que retirarlos porque están ilegal.

Y en el caso de Tostadas Blanca les favoreció un amparo para que los silos sigan operando y en esa fase se está”.

Osuna aclara que no otorgó el permiso de factibilidad sino que fue la Dirección de Planeación la que aprobó estos silos.

Los vecinos viven con un alto riesgo ahí, ¿qué hace Protección Civil?

“Constantemente tenemos inspecciones en las instalaciones, en cualquier lugar puede existir riesgo”, respondió.

Sin embargo, la inspección no es tan efectiva porque apenas el viernes pasado hubo un conato de incendio que causó alarma entre los vecinos.

SE DESLINDARAN RESPONSABILIDADES

La Comisión de Urbanismo en el Cabildo ya sabe de este conflicto.

Incluso, los Regidores, Humberto Becerra Batista y Ángel Moroyoqui acudieron a ver la vista de los silos, con los vecinos afectados.

A partir de ahí se han documentado y han descubierto que sí hubo anormalidades en el cambio de uso de suelo para la colocación de los silos.

“Encontramos que estos silos no pueden formar parte de una zona habitacional por varias razones, por los decibeles, el riesgo que representan al existir un incendio o una explosión, es algo de mucho riesgo que está ahí”, afirma Becerra Batista, coordinador de la Comisión de Urbanismo.

Adelanta que en estos días está en espera de la respuesta que le de la secretaria del Ayuntamiento, Rosario Torres Noriega, en relación a la serie de evidencias sobre la aprobación de los silos industriales.

“Va una lista con los nombres de los directores que tienen que ver con este asunto: Planeación, Jurídico, Protección Civil y la propia Secretaría del Ayuntamiento.

De aquí se derivará en una decisión para los “actores” de este asunto”, explicó.

Pero mientras esto se dirime, los vecinos de Los Olivos seguirán su lucha. Afirman que en las próximas semanas viene gente de la Organización Mundial de la Salud y que se irán hasta organizaciones internacionales, pues no quieren a esos vecinos “gigantes” y muy peligrosos.