Aeroplanos: una vuelta a la vida.

La vida cobra factura, decían los abuelos. La frase resulta cierta. El cuerpo se desgasta y cuando menos se espera, la tercera edad está a la vuelta de la esquina. ¿Qué sucederá con nosotros cuando estemos viejos? ¿Cómo tratamos a nuestros ancianos ahora? ¿Cuáles son los problemas de esta edad?

El teatro, como reflejo de la sociedad en la que habitamos, cuestiona el tema a través de Aeroplanos, una obra escrita por el argentino Carlos Gorostiza, que en México tiene como protagonistas a Ignacio López Tarso y a Manuel “El Loco Valdés” que el día de ayer en el marco del FESTIVAL ESCENA MAZATLAN 2015 que organiza la comunidad teatral y Cultura se presentaron con rotundo éxito en sus dos funciones. Donde a su vez celebraron ambos sus 400 presentaciones donde Julio Preciado y Poncho Lizárraga develaron la placa con la presencia del Alcalde Carlos Feltón González, quien a su vez en nombre de los organizadores recibieron un reconocimiento estos histriones de la televisión, cine y teatro.

Aeroplanos es una historia de recuerdos, pero también de preocupaciones, de cuestionamientos, de nuevos planes más allá de la edad. Francisco y Cristóbal, durante una larga charla, detallan un viaje —quizá el último de sus vidas— hacia un país lejano, aunque uno de ellos jamás se ha subido a un avión.

La discusión va más allá de realizar tal travesía, pues la obra profundiza en la fuerte amistad de los personajes ex futbolistas y ahora viudos— y en las inquietudes de su edad como el miedo a la muerte, a la enfermedad, la inmovilidad, a la pérdida de independencia, la soledad e inactividad.

La puesta en escena, dirigida por Salvador Garcini, bajo la producción de Daniel Gómez Casanova, abre este panorama en un tono de comedia, y otras veces de drama, donde el público con sus risas conoce la convivencia entre estos dos personajes.

Durante la obra la gente se divierte y se entretiene en una puesta en escena que no cuenta con intermedios más que la participación de los actores Ignacio López Tarso y Manuel “El loco” Valdés, donde muestra su capacidad histriónica, demostrando su gran trayectoria artística por más de 60 años. .

En una hora y media muy agradable la comedia nos lleva a tintes dramáticos, con momentos muy emotivos, risas, cosas ligeras y las anécdotas de Paco y Cristo, quienes han sido compañeros de toda la vida y se conocen desde que estuvieron en la primaria, sus mujeres eran amigas desde niñas y los cuatro vivieron tranquilamente, de una manera agradable y simpática.

Son los recuerdos de eso, y ahora el tropiezo de la tercera edad que a los dos afecta mucho. A pesar de que el final de la obra es melancólico y reflexivo, la gente la pasa muy bien

Aeroplanos tiene de todo: melodrama, tragicomedia, farsa, música, baile, albures, bromas. Es muy rica en cuanto a expresiones, contenido, situaciones, novedad, porque los textos te ofrecen muchas sorpresas e improvisaciones de los actores que se gana el aplauso espontaneo del público.

Una obra extraordinaria que refleja la amistad entrañable de dos amigos, dos seres que comparten los temores propios de su edad, contrastando con sus ganas de vivir y de hacer todo aquello que quedó pendiente, comenzando así el viaje de los AEROPLANOS.

Develacionplaca