Finalmente, todo lo que inicia, termina. Fueron dos meses de una intensa campaña política en Sinaloa. Sesenta días en donde los sinaloenses escuchamos de todo: propuestas serias, otras que la verdad que no son más que puros cuentos chinos. Ideas interesante y planes, muchos. Todos según los candidatos, para mejorar a Sinaloa a la calidad de vida de los sinaloenses. En fin. Ojalá que así sea. El que gane, que cumpla.
El contacto con los ciudadanos ya terminó. ¿Qué sigue ahora? Salir este domingo a votar. Libremente, sin temor, hacer de estos comicios un día de fiesta cívica y no de pleitos y encono entre nosotros mismos. Sufragar por él o la candidata que mejor le haya “llenado el ojo” o sus expectativas.
Pero no se quede en su casa, sin cumplir con este derecho, porque después no tendrá derecho de andarse quejando de los gobernantes o de sus representantes populares. Ojalá, creo que sí se cumplió de última hora, que el ciudadano se haya entusiasmado en participar. Hace 6 años, en la elección para gobernador, el porcentaje de abstencionismo anduvo “pisando” el 42%. Ojalá que este domingo se logre, al menos lograr el 50% de participación en las urnas.
De acuerdo con el calendario electoral, este miércoles a las cero horas concluyeron las campañas de proselitismo. Por fin. Este jueves ya nadie puede salir a la calle a pedir el voto. Y si alguien lo hace, hay que denunciarlo. Mejor hay que esperar este domingo. Y que gane, no el mejor, sino el que el ciudadano elija.
No se vale pelear o pretender ganar en la mesa, lo que no se consigue en las urnas. Creo yo.
Hasta mañana.
