Lo que hizo y logró el Partido Sinaloense (PAS) en estas elecciones no es cosa menor.
Logró desbancar del segundo lugar, como fuerza política, al Partido Acción Nacional (PAN) dejándole el tercer sitio.
Visto de otra manera. El PAS fue el único partido que tuvo un crecimiento electoral importante y significativo, pasando de un 14 a un casi 27%, esto, en términos numéricos arroja por ejemplo para quien fuera su candidato a gobernador 267 mil y tantos votos.
Insuficientes si usted quiere para llegarle al PRI con sus casi 450 mil sufragios.
Pero aunque anduvo muy lejos del triunfo, ya es el PAS un partido de cuidado.
Gracias a su elevada votación, ha logrado meter una buena cantidad de diputados (6) además de ganar una presidencia municipal –la de Cosalá- y encima de ello, decenas de regidores pasistas figurarán en los 18 ayuntamientos.
Sólo que le sigo viendo un pero al PAS. Es un partido monopolizado por un solo personaje: Héctor Melesio Cuén Ojeda. Es como el AMLO de MORENA.
En el PAS solo sus chicharrones truenan. El manda, el decide, él dice cómo y qué hacer.
Se quedó acostumbrado como cuando fue rector de la máxima casa de estudios.
El día que Cuén democratice a su partido, dándole oportunidad de participación y voz a otros cuadros igualmente importante, creo que el PAS crecerá más.
Y, sobre todo, más allá del ámbito universitario.
Ya demostró que lo puede hacer, solo es cosa que el ex rector lo suelte, sea más abierto y plural.
Aguas con el PAS de aquí en adelante.
Hasta mañana.