Rodando el balón.

Hola amigos bienvenidos a su columna semanal rodando el balón con los mejores temas de actualidad que nos regala el hermoso juego con la pelota.

Cruz Azul vs Monarcas y el sábado pasado en el viejo pero lleno de magia estadio azul, el unísono grito de ¡Cada día te quiero más yo soy celeste es un sentimiento no puedo parar! Además del estremecedor trapo en la trinchera de la tribuna que teñía la frase estampada “A donde vayas estaré” provocados por la Sangre Azul, palabras que quizá suenen típicas dentro del ambiente futbolero, pero que nunca tuvieron tanto sentido como el sábado pasado.

Muchas personas dicen que en el Azul se sufrió más de lo que se gozó con la maquina celeste y puede que tengan razón, los números los avalan y no hay dato más frío que ese.

Pero hablando más allá, dejando de lado los números queda claro que el estadio Azul es un complejo que dejará su legado en el fútbol mexicano, pero lo más importante es y será el vínculo creado con la afición con miles de incondicionales celestes que dejan la que por más de 20 años fue su segunda casa, un estadio lleno de momentos, de emociones de una eterna sinfonía de fidelidad.

Atrás quedarán los triunfos y derrotas de último minuto celebradas por la sangre azul, los regates y goles de un 19 argentino, la garra y pundonor de un 15 de pelo largo que dejaba la piel en cada balón, las atajadas y saltos espectaculares de un arquero bajito que con el 1 en el dorsal, maravillo al mundo, acciones que llenaron de magia ese estadio.

La estupenda aunque lejana ya temporada del invierno del 97´ jugando el 1 contra el 2 Cruz Azul contra León, con Luis Fernando Tena al mando con Óscar Pérez, Guadalupe Castañeda, Juan Reinoso, Joaquín Moreno, Carlos Barra, Johan y Omar Rodríguez, Carlos Barra, Joaquín Moreno, Héctor Adomaitis, Benjamín Galindo, Juan Francisco Palencia, Julio Cesar Yegros y Carlos Hermosillo como estandartes.

Pondrán tener nuevos estadio más nuevos, más grandes pero estos momentos quedan en la piel y para la posteridad de queda fiel celeste, que a pesar de los años sigue sin olvidarse de la razón por la cual siguen a su equipo, cargando ese amor por siempre y a todos lados, es que uno jamás

olvida los lugares donde fue feliz, donde vivió al máximo la adrenalina de sus más grandes pasiones.

El pasado fin de semana terminó una era para la fiel afición celeste el Club Deportivo Cruz Azul se despidió de la que fue su casa por 22 años, el estadio Azul dará paso a la construcción de un nuevo centro comercial, la maquina celeste será local en el estadio Azteca a partir del Apertura 2018.

Y es ahí donde emprenderán una nueva era, llena de desafío, llena de emoción para todos los involucrados en la cúpula celeste, que a pesar de los años gracias en gran medida a su fiel afición sigue de pie y luchará por volver a los primeros planos.

Nos leemos en la próxima amigos con más historias que el balón nos pueda regalar. Comentarios, opiniones al correo adrian_juan14@hotmail.com.