“Quirino Ordaz la ética y la narco cultura”

Por Manuel Cárdenas Fonseca. 

Cuando leo en redes sociales encuentro que el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, se encuentra bien posicionado, sus mensajes conectan y, en ellos, al igual que en sus discursos, percibo que busca que el servicio público en Sinaloa desde el Poder Ejecutivo, se desarrolle con ética, es decir, sugiero esa parte de la filosofía que trata del bien, de actuar bajo el imperio de la ley y de lo que se considera correcto y que debe regir la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida de las mismas: privado, público, deportivo, actividad empresarial, social, cívico. Sin embargo, advierto que en otros poderes o instituciones con autonomía, que no dependen de él, poco hacen por acompañarlo en esa empresa.

La velocidad de “tránsito” del gobernante debe ser acompañada de tiempo para pensar, leer, reflexionar sobre el entorno que gobierna, cuidar su salud y, en estos tiempos, su seguridad. El gobernante debe tener ojos y oídos para saber que sus colaboradores no pidan “cuota” para ser considerados en obras futuras; no comercien con los programas asistencialistas de gobierno, etcétera. ¡Ah! Pero también debe advertir que con los cambios que se suceden, éstos no afecten la percepción de la gente culpándolo de personas que pertenecen en su ámbito competencial a otros poderes o bien tienen autonomía constitucional y, por tanto, no son sus subalternos, no son sus empleados.

En esta evolución de nuestra democracia, particularmente Sinaloa, ya tenemos la narco cultura presente en el día a día, como es el caso que sale a relucir en el juicio del señor Guzmán radicado en Nueva York, Estados Unidos, en el que resalta una carta que se adjudica al puño y letra del señor Guzmán y que en ella establece órdenes a su subordinado el señor Aguilar Íñiguez, vulgarmente conocido como “Chuy Toño” y no sabemos si el gobierno de esa nación pedirá la búsqueda del mismo para su aprehensión con fines de extradición y ser juzgado en algún Distrito Judicial de la Unión Americana, si bien ya procedieron contra el ex gobernador de Coahuila (siguen los gobernantes de Sinaloa intocables), y a pesar de todo lo que se decía de este señor Íñiguez en el gobierno de Millán Lizárraga, sus procesos judiciales durante el sexenio de Aguilar y su reincorporación en el de López Valdez bajo el dicho de este último en el sentido de que para combatir la delincuencia “la cuña debía de ser del mismo palo”, aquí en Sinaloa, lo nombraron hijo pródigo entre otras “linduras” ¡Qué bonito Estado! ¡Qué bonito Estado!

Así, el gobernador Quirino Ordaz transita en un momento en que nada se dice ni hace en las esferas competenciales que deben atacar estos flagelos de la narco cultura, la actividad empresarial ligada a la misma, el contrabando, la trata, el secuestro y todos ellos acompañados de la impunidad y, ciertamente, hay sufrimiento en quienes no estamos enganchados a esa cadena de valor y vivimos con miedo e inseguridad, somos frágiles ante la maldad.

Si volteamos hacia otro lado, encontramos que el gobernador de Sinaloa, en ejercicio de sus facultades provoca se otorgue la autonomía constitucional a la Universidad de Occidente y, de pronto, leemos que su Rectora, Sylvia Paz Díaz Camacho, permite que la “Asociación de Profesionistas de la Universidad de Occidente”, reconozca a Antonio Sosa Valencia, como uno de los primeros profesionistas Linces y se muestra congratulada de tal distinción en la persona “del ingeniero” y señala: “Ustedes son el ejemplo de lo que toda universidad quisiera de sus egresados” (Boletín de la UA de O, enero 18 de 2019). Huelga destacar que el ingeniero Sosa fue galardonado en el ramo “Mérito Empresarial”, de allí que sería bueno tener la opinión del ex gobernador que durante el periodo que gobernó, de repente, apareció este empresario que todo lo que tocó en el desarrollo Tres Ríos lo convirtió en oro, sin dejar de lado su foto en primera plana del periódico Reforma en la que aparece con el señor que fue juzgado en Estados Unidos y encontrado culpable de narcotráfico y lavado de dinero y conocido como Pancho Colorado, o bien la opinión de Aguilar en la que manejó bajo perfil pero amplió drásticamente sus logros empresariales y, bueno, qué decir del sexenio cuando López “gobernó” con Chuy Toño.

Es cierto que, para un servidor, en tanto el señor Sosa no sea vencido en juicio es absolutamente inocente de todo lo que se dice de él, y evidentemente, como dijera otro político sinaloense, de sus hermanos no es culpable, menos de su línea ascendente así que por ahí no es. Sin embargo, sugiero que la señora Rectora debiera de hurgar en la vida y obra de quienes reciben el galardón Lince antes de expresar lo que dijo, consultar con el consejo de hombres de negocios, con la asociación de empresarios del Estado, ya que llevar el galardón con el nombre de la recién nombrada universidad autónoma, implica el prestigio de la misma y, no creo que la señora Paz, oriunda de Mocorito, no tenga la narrativa de tal éxito empresarial.

El gobernador Ordaz ha demostrado que con paciencia se logra más que con fuerza y la señora Paz debiera de saber que el silencio del gobernador ante un acto como el comentado en los dos párrafos anteriores lleva claro mensaje pero, bueno, debe respetar la autonomía otorgada y no tener opinión respecto de las palabras expresadas por la Rectora. Creo también que el gobernador sabe que son las mentes pequeñas las que se sulfuran por diferencias de opinión pero ante tales reconocimientos, el gobernador ha de recordar la afirmación que alguna vez leí por ahí: “teme a la cabra por delante, al caballo por detrás y a los humanos por todos lados” y ante tan destacada primer generación de galardón Lince pensar “no me ayuden compadres (en este caso comadre)”.

Me preocupa el silencio de dirigentes de organismos empresariales y de profesionistas, del consejo de hombres de negocios, de CODESIN que con su silencio validan estos destellos de lo que sea, como también lo fue el acto más grave de que tenga memoria en tanto procuración e impartición de justicia con intencional violación del debido proceso y, por tanto, no poder enjuiciar al Magistrado Presidente, sí, ese acusado de acoso sexual, Enrique Inzunza Cázares.

El gobernador ha estado comunicando con toda cortesía pero ha estado recibiendo todo tipo de epítetos por la conducta y resoluciones de quienes no son sus subalternos, sea el Fiscal, el Magistrado Presidente o la señora Rectora, espero que sus empleados no caigan en la deslealtad con sus actos y expresiones y menos en actos de corrupción o de vergüenza pública que ya con lo de los tres mencionados basta para aborrecer a quienes tienen cargos de representación y no se conducen con ética y honorabilidad.

¡Muchas gracias y sean felices!
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