“¿Si Mayorías Culpables entonces Mayorías Inocentes?”

Por Manuel Cárdenas Fonseca

Cada vez que leo o escucho lo referente a la impunidad y corrupción y la necesidad de atacar estos “demonios” me fijo sobre la persona o en quiénes están en el directorio del organismo que se pronuncia al respecto y encuentro que se muerden la lengua con cinismo olímpico, ya sea empresario cuya fortuna proviene del tráfico de influencias, el favoritismo de información privilegiada o delincuencia de origen sea por la cachucha de lavador de dinero, contrabandista o productor de estupefacientes, si bien en el mejor de los casos usurero y, vaya, en algunos hasta tres “cachuchas” de las mencionadas a pesar de que hay otras; o bien conductor de programa de medios; burócrata de cualquier nivel; organismo no gubernamental de los absurdamente llamados de la “sociedad civil” y no se diga prestadores de servicios independientes en el ejercicio de su profesión. Es una infamia cómo se lastiman sus capacidades cardiacas por los golpes de pecho que se dan, sin distingo de religión o clase social ¿Hay excepciones? Sí y por tanto escasísimas ¿Muchas en los principales nombres que se ven, leen o escuchan? Casi ninguna.

Si volteamos a ver el “World Justice Projet” referente a 2019 (https://worldjusticeproject.org/our-work/research-and-data/wjp-rule-law-index-2019) encontramos que la mayoría de las sociedades (naciones) están empeorando en eso conocido como “Estado de Derecho”, México empeoró dos niveles.

Y lo peor del caso es que hasta en eso hay niveles, unos más “pentontos” por robar un peso y otros muy “vivillos” por robar cientos o miles de millones, sea a los consumidores sin cultura y sin protección real salvo tonterías que son más protectoras del gran empresario (Condusef, Profeco etcétera), o bajo el esquema de preferencia y protección desde su firma como funcionario de alto rango.

De lo anterior debemos destacar que si a la conducta corrupta le aderezamos, como aliciente, a la impunidad, entonces se hace una realidad aquello de que “el que no tranza no avanza” (y aplica sin distingo de clase social, sexo, religión u ocupación); o expresiones de lo más cínicas y depravadas como la del ex presidente William Clinton que traducida al español entenderíamos “Es la economía estúpidos”, la que a su vez, si traducimos al español coloquial mexicano tendremos “Es la lana pendejo”, o bien la del facineroso representante de los delincuentes de cuello blanco muy almidonado, el señor Alan Greenspan, cuando protegió a las calificadoras de deuda con intereses relacionados y a los banqueros, declarando en el Senado Norteamericano que “nunca se imaginó que la codicia del ser humano llegara a tanto”, cuando que él fue responsable del mayor fraude en el sistema financiero y bursátil del mundo al dirigir la conocida como FED de Estados Unidos de América y conociendo el mecanismo de los llamados “bonos chatarra” con los que se comandó la quiebra técnica del sistema financiero europeo, como en su momento hizo quebrar al japonés, aun cuando la pérdida para él y los suyos (Greenspan y aliados [sus patrones]) fuera necesaria, sería infinitamente menor que la que sufrimos el resto del mundo.

Lo anterior nos lleva a mirar el estudio de la Universidad de las Américas, conjuntamente con la Jenkis Graduated School y el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia (Índice Global de Impunidad México 2018. https://www.udlap.mx/igimex/assets/files/2018/igimex2018_ESP.pdf) y los resultados son nada alentadores, antes por el contrario, se viaja en el tobogán del empeoramiento, tanto en el orden federal de gobierno como en el orden estatal del mismo, y no quiero pensar en los municipios.

Entonces, situaciones como la ley de extinción de dominio, plagada de contradicciones y matando la presunción de inocencia, auspiciada por los actuales ejecutivo federal y legisladores (podrá salvarse uno que otro pero no creo sean más de 15 entre ambos poderes y la “sociedad civil”) sólo nos dicen que vamos de “guatemala a guatepeor”; ya no se diga los miles y miles de militares, de formación castrense en, obvio, las armas y la tranza (también aquí se salva casi ninguno), metidos en las aduanas, puertos, “seguridad pública”, embajadas, sistema carcelarios, hacen de este nuestro amado país un bomba en el tiempo. Claro, no estoy pensando en que los Cien fuegos de un general alimenten el estallido pues ha sabido muy bien guardar esos Cienfuegos para que el negocio crezca, se mantenga y siga creciendo.

De lo anterior se desprende que la cadena productiva está relacionada con la ilegalidad pues se señorea con la impunidad y, los pocos que quisiéramos que esto cambie, somos sólo mermas entendibles para los que explotan el país y su renta. Ya aprendieron a vivir así 4 generaciones comandadas por íconos de aquellos tiempos pero que aún hay lodo de aquellos en el presente sea por sus herederos de fortuna o de poder político, o ambos. Sea desde señores como Hank González o Roberto González pasando por Arsenio Farell hasta actuales como Onésimo Cepeda, Bailleres y Carlos Slim (hay muchos más, obviamente, pero para muestra tal botón), o sólo mirar a los directorios de empresas trasnacionales metidas en temas financieros o energéticos para verlas plagadas de apellidos de información privilegiada como Téllez, Reyes Heroles, Ruíz y otros tantos.

Como me dijo un personaje al que considero mi amigo al menos por ese gesto “Manuel, cuando te invitamos no quisiste, así que ahora le tendrás que chingar”.

Ésta colaboración va dedicada a otro terco personaje mexicano que, ahora, vía un mensajero, me “invita genero$$amente” a que escriba mis memorias de lo que ví y viví siendo secretario particular de tres personajes de la historia mexicana observando y tomando nota de todo tipo de temas e individuos poderosos que se acercaban o tenían relación o tuvieron por virtud de sus cargos o empresas. A ese personaje terco le comento, por este conducto, con mi mayor educación que, si intenta por quinta ocasión sus pretensiones será sobre su persona, así sea una biografía no autorizada. Así que jactarse de impoluto no le está y menos queriendo que se escriba de otros cuando él es peor que cualquiera de los que serví de empleado/colaborador, más bien, empata y/o supera a cualquiera de los nombres que si menciono. Bueno, así lo percibo yo.

¡Muchas gracias y sean felices!

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