Ciudad de México. Una vez que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) retomó los trabajos de salvalmento arqueológico en el tramo 5 sur del Tren Maya, recomendó hacer ajustes en la ingeniería a fin de proteger un sitio hallado en la zona, informó el titular de esa dependencia, Diego Prieto.
“Comentarles que en el tramo 5 sur se están haciendo ajustes en las ingenierías para poder proteger un sitio arqueológico impresionante que hemos reconocido como Pamul 2. Este sitio cuenta con más de 300 edificios, algunos con alturas de más de ocho metros y va a resguardarse, va a reservarse como un corredor ecológico y arqueológico en esta parte del tramo 5 sur, que como ustedes saben corre de Cancún a Tulum”.
El INAH retomó los trabajos en ese tramo luego que un juez desechara las suspensiones que había otorgado previamente a personas que se oponen a la construcción del trayecto cinco, de los siete en los que se divide el proyecto ferroviario, con lo que se reiniciaron los trabajos de construcción, y también los del salvamento arqueológico.
“En el tramo 5 sur llevamos un avance inicial y se han retomado los trabajos de cerca del 11 por ciento. Y aquí quisiera destacar, como ya lo habíamos dicho, que ya está activa la cuadrilla de salvamento de arqueología subacuática para recuperar material muy valioso y además ayudar a la seguridad de los trabajos en este tramo que implica temas delicados de ingeniería”, aseguró Prieto al participar esta mañana en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El director general del INAH refirió que los expertos ya trabajan en cavernas y cenotes, en los que se ha encontrado información valiosa e inclusive fauna del periodo del Pleistoceno. “Este equipo subacuático está trabajando en cavernas en cuevas inundadas, en cenotes y está aportando información muy valiosa que en su momento presentaremos aquí, que habla de temporadas muy antiguas. Hay fauna del Pleistoceno en estas cavernas, hasta momentos posteriores en lo que hace a la ocupación maya de la península”.
Fuente: La Jornada