La semana que termina registró el asesinato de tres personas en nuestra ciudad.
El solo hecho es grave.
Pero más delicado aún es el común denominador en estos tres hechos de alto impacto: las ejecuciones ocurrieron en el mismo perímetro: Valles del Ejido, Invasión San Antonio e Invasión Manuel de la Vega.
Las tres víctimas vivían ahí.
Esto deja al descubierto que “algo” peligroso está sucediendo en las colonias y en asentamientos de la periferia, no se qué sea, pero las autoridades deben investigar.
Lo que sí sé y se ve, es que grupos y comandos armados a plena luz del día, llegan, matan y se retiran sin ningún problema.
¿Dónde está la policía?
No, la autoridad en estos casos no debe de recurrir a la sonada frase de que: “son hechos aislados” o la otra muy socorrida: ” Mazatlán está tranquilo”.
A punta de declaraciones no se resuelven los problemas, me queda claro.
Seguramente dirán eso tal vez porque estos sucesos sangrientos no están ocurriendo en la zona dorada (¡Dios nos libre!).
O porque no se dan en calles o avenidas concurridas y transitadas del puerto, como en el pasado, pero el hecho de que se estén registrando en las colonias, debe de ser motivo de preocupación.
Porque un crimen, una balacera, un atentado, aunque ocurra en una colonia o una invasión no le resta importancia.
O al menos no debería ser minimizado por las autoridades.
Lo peligroso es que este tipo de fenómenos delictivos se extiendan y se trasladen el día de mañana a otros puntos de la ciudad. Eso hay que cuidar que no ocurra.
Ojalá que tanto el Secretario de Seguridad Pública Municipal, Juan Antonio Murillo Rojo como el Subprocurador de Justicia, Jesús Antonio Sánchez Solís, no se crean el cuento “inventado” por ellos mismos de que en Mazatlán no pasa nada.
Recuerden, la confianza mató al gato.
Hasta mañana.
