Por Adrián Simental.
Senegal se impuso dos por uno a Polonia en el debut mundialista para ambos.
Nos viene a la memoria irrefutablemente, siempre que llega el momento del debut de un país africano en la copa del mundo, lo trágico o exitoso que puede llegar a ser su participación, pero claro está que pocas veces llegará un equipo de África que no tenga por lo menos una dicha de talento.
Senegal demostró la cara opuesta de lo que de momento habían ofrecido los equipos africanos y ahora sueña con repetir una buena actuación como la de Corea y Japón 2002 donde avanzaron en medio de un grupo de equipos favoritos, en esta justa de la mano de Alliou Cisseé como entrenador, un protagonista de dicha historia en 2002 como jugador.
Sin duda en la antesala, y observando los nombres, era claro que podíamos ver encuentro parejo, sobre todo por la calidad de Polonia que destacaba por la presencia de Lewandoski.
En el marco de orden táctico sorprendían las pocas ocasiones de gol, cuando de repente Senegal elevó la nave al ataque y buscó la profundidad; Piszcezek no pudo cortar un trazo largo y los “Leones” lo aprovecharo de buena manera para conectar con Idrissa Gana Gueye quien frente a la portería disparó con potencia, pero el balón se estrellaría en la pierna de Thiago Cionek y acabaría por darle dirección de gol a dicho remate, para su infortunio se clavaría en el marco de Wojciech Szczesny que poco pudo hacer debido a que balón lo tomó recorriendo hacia el lado contrario.
Con una Polonia shockeada pasaron los últimos minutos del primer tiempo, los africanos cada vez se encontraban mejor en el terreno de juego, buscando profundidad sobre todo por los costados con Sadio Mané y con Ismaila Sarr, quienes buscaban llegar con su habilidad o encontrar a Mbaye Niang y Mame Biram Diouf que tenían mucha movilidad para desacomodar por momentos a la defensa polaca que no se veía sólida.
Polonia realizó un cambio para el inicio de la segunda parte, ingresó el defensa central Jan Bednarek para jugar con línea de tres y darle más libertad a Rybus y Piszczek de incorporarse al frente.
Ya en la segunda mitad los primeros minutos todo estuvo muy equilibrado destacando una gran atajada de Khadim N´Diaye que se mandó una buena mano para impedir el del empate de Robert Lewandoski luego de un cobro de falta.
Sin más pormenores transcurrían los minutos y justamente cuando todo parecía controlado un intento por retroceder el juego acabaría en un mal pase hacia los centrales que se vieron con indolencia y no pudieron cortar el peligro, aunado a una fallida salida de Szczesny, provocando que Mbaye Niang se llevara el balón para definir con el marco vacío, poniendo el segundo cerca del 60′.
En la recta final una acción polémica en el área de los polacos desató los reclamos de los senegaleses que pedían una falta sobre Sarr, pero el colegiado Nawaf Shukralla lo dejó seguir.
Dos minutos después se llegaría el descuento de parte de los polacos para ponerle una buena dosis de dramatismo al final del encuentro.
Krychowiak remató de cabeza, luego un balón detenido para poner cifras definitivas.
Polonia no tuvo un buen debut, jamás se logró asentar de forma definitiva a lo largo del partido, Lewandoski tuvo un partido difícil ya que sus compañeros poco pudieron ofrecerle para poner frente al marco de forma clara, todo esto sumado a las claras desatenciones en su zaga, acabaron por poner el último clavo en el ataúd de los europeos, mientras que Senegal cumplió con creces en su debut.
Mejor jugador: Idrissa Gana Gueye.
Momento del partido: El error de los polacos para el segundo tanto senegalés.