Fallece el periodista Ramón Eduardo Guevara.

Por Francis Gutiérrez Velarde

Periodista, locutor, contador de cuentos, americanista, sarcástico, irreverente, defensor de sus ideas, pero sobre todo, un gran padre y esposo: Ese era Ramón Eduardo Guevara.

Hijo de Guadalupe Guevara Zavala, nació un 26 de agosto de 1967 en la calle Matamoros y Miguel Hidalgo, en el Centro de la ciudad, lugar donde pasó su niñez y adolescencia, para luego regresar en su vida profesional. Tenía 47 años.

En sus textos diarios, a través de sus columnas que desarrolló en diversos diarios del estado, Ramón Eduardo no sólo contaba los aconteceres diarios o los problemas del municipio, era un contador de historias.

En sus letras estuvieron impresas las críticas sociales o al Gobierno municipal en turno, pero también lo relacionado a su vida familiar, a la lucha y admiración que siempre sintió por su madre, a quien llamaba “Lupita Zavalenka” o por su esposa, “Mirindira”.

Estudió en la Universidad de Occidente, en el campus Los Mochis, la carrera de Comunicación Social. Al salir inició su carrera profesional en el Sol del Pacifico, donde hizo gran amistad con Francisco Chiquete y comenzó con su columna Bronceador.

En unas vacaciones conoció a Miriam Navarro Méndez, con quien contrajo matrimonio en diciembre de 1996.

Miriam, quien también era comunicóloga, comenzó a trabajar en El Debate de Mazatlán y Ramón tuvo la oportunidad de cubrir deportes y policiacas, en el mismo diario.

Fue entonces cuando en 2004, según relataba Ramón, vivió la prueba más dura a nivel profesional, con el asesinato de su compañero Gregorio Rodríguez Hernández, quien fue ultimado mientras cenaba en compañía de dos de sus hijos.

Ramón Eduardo alternaba su trabajo como columnista con la venta de periódicos y con el programa de radio “A las 2”, donde trabajaba desde hace 12 años a través de la Radio “La Kañona”.

Trabajó en El Sol de Mazatlán hasta el año 2014 y después se incorporó a Noroeste, donde escribía desde entonces ‘Punto Cardinal’, una columna de opinión.

A la vez continuaba entregando periódicos, despertándose de madrugada y yendo sobre las calles del municipio, recorriendo en bicicleta su querido “San Tochipa de los Mecates”, como llamaba desde hace algún tiempo a Escuinapa.

En marzo de 2015 inició su lucha con un cáncer que permanecía encapsulado en su estómago. El día 1 de mayo fue intervenido para extraer el tumor y desde entonces inició su lucha por la salud, la cual finalmente perdió después de una quinta cirugía, en la mañana de ayer martes.

Ramón Eduardo Guevara, deja un legado en decenas de escritos, en su voz a través del noticiero “A las 2” y en su esposa Miriam Navarro, sus hijos Ramón Eduardo, Ángel Carolina y Karol Angelina, así como su hermana Alejandra Peraza Guevara.