Lo que veo y lo que no se entiende

Por Manuel Cárdenas Fonseca. 

Ante los eventos cotidianos, declaro que no he visto ninguna “conferencia mañanera” y sí leo y observo los noticieros en la televisión que hacen de ese momento de la mañana de cada día su mantra cotidiano.

Mi percepción es que los dueños de los medios de comunicación y los usuarios de las redes sociales como instrumento de comunicadores con publicidad en sus “blogs” siguen ese momento de la mañana como al Flautista de Hamelín y buscan, para sobrevivir o seguir en el negocio de las noticias manejadas como chisme de café, no olvidar al filósofo indio, Kautilya, que señaló: “No se debe ser demasiado directo. Vaya a ver el bosque. A los árboles derechos los talan, mientras que a los torcidos los dejan de pie”.

Y la fiesta sigue en la contradicción aquella de cuando empecé a trabajar en la que recibí una llamada de atención de parte de un compañero de oficina porque tenía mi escritorio limpio y vacío de pendientes: ¨tienes que decir que tienes mucho trabajo pendiente y eso sólo se verá si ven tu escritorio atiborrado de papeles, no seas tonto”, me dijo, a lo que le correspondí, si bien me acuerdo, con las siguiente respuesta: “ni tan incompetente como para no saber los tramos de responsabilidad, ni tan competente como para hacer lo de todos, cada quien tiene su responsabilidad y debo saber delegar y respetar las funciones de cada eslabón de la cadena”.

Lo anterior viene a cuento debido a que siempre he criticado que los encargados del despacho de las dependencias se protegen de la sombra que les da un ente unipersonal y omnímodo, en este caso el Presidente de la República encarnado en caudillo o tlatoani, cuando que ellos, los encargados del despacho deben asumir sus responsabilidades a cabalidad lo que implica saber y estar actualizados en las materias de sus competencias y no, como se acostumbra en nuestra vida pública, dejar correr el agua para saber qué hora quiere que sea el “que manda”.

Querer encargarse de todo y tirar “línea” sin ton ni son no impone respeto ni demuestra poder antes por el contrario, eso lleva a un desgaste tal que al rato es la comidilla de todos y, en el caso de la Secretaria de Gobernación, Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas, al parecer por las afirmaciones (muchas de ellas sin sustento probatorio) del Presidente de México, hasta se le complica (declarado por ella misma) entender lo que dice su jefe y, advierto, que Olga sólo quiere ver lo que para ella está mal como si su pensamiento es el único bueno o el origen de sus oportunidades personales laborales fuere el único legítimo y correcto, ajeno a todo tipo de relaciones y componendas y sólo por sus méritos propios creados por acto de fe de la divinidad impoluta.

Sin embargo, para efectos de comunicación el Presidente habla de todo los bueno que piensa para los que menos tienen, incluyendo voluntad de esfuerzo, y les dice que él los sacará de su improductividad pues no es culpa de ellos la falta de oportunidades y también señala que los delincuentes pueden y deben seguir durmiendo tranquilos por las fechorías realizadas en el pasado y en el devenir del día a día y vive la dualidad del púlpito en el que condenas los abusos pero los perdonas porque “no saben lo que hacen”, en tanto las personas de bien asumen los costes que les trasladan los involucrados con la cadena de valor de todo tipo de delincuentes.

La estrategia de usar el rumor o terciar el mensaje como información para no ser uno el emisor directo de la advertencia, amenaza o intimidación del receptor es cuento viejo pero siempre presente y entonces encontramos a los cortesanos que se ofrecen para ser ellos los que se inmolan para salvar a su jefe o a sus iguales y acomodarse en los primeros lugares de sucesión o en los privilegios de la herencia (cuando llegue el momento). Sin embargo, aún falta mucho para ver que nos espera al final del túnel en que nos metieron y algunos ya especulan que los 70 años del Partido Revolucionario Institucional ahora se repetirán en el grupo que asumió la Presidencia a lo que le cuelgo mis dudas habida cuenta de la entrega, cada día más rápida, de todo tipo de control a los militares.

Si acudimos a las características y perfil del mexicano común/promedio, veremos que es destacadamente propenso a que se juegue con él debido a sus fantasías, es irascible ante el enfrentar la verdad y su realidad y altamente propenso a culpar a terceros y hasta a la “divina providencia” del asesinato que cometió y allí, en ese terreno, es en donde Andrés Manuel López Obrador, Presidente de nuestra patria, toma la fuente de su poder meta constitucional, él y su equipo para el tema, todos los días apelan a la fantasía de las masas, evaden enfrentar a cada quien a su realidad, a su verdad y en la acumulación de poder hasta les incrementan sus ilusiones. Para efectos de lo deseado, Andrés Manuel está en lo correcto para mantener su fama y “aceptación” de las masas.

Andrés Manuel alcanzó el poder manteniéndose en el centro del debate durante doce años, todo giraba en torno a él, sus competidores no vieron lo feliz que le hacían y Andrés no dejó de mirar lo que sucedía en el día a día de la gente y ahora en el poder, sabe del miedo que tiene la persona al verse amenazada, al verse en peligro y, entonces, el Presidente les extiende la mano cada mañana con un poquito de subsidio de “cariño” y presentándoles a los ogros y malditos que han creado en su imaginaria colectiva.

Mientras el Presidente se mantenga gentil y agradable con “los de a pie” y siga viajando por el país y en contacto con las clases bajas que son inmensa mayoría electoral, los otrora poderosos que ahora sólo tienen dinero tendrán que sucumbir pues saben que la democracia se gana con votos y, el dinero, si bien necesario para ganar elecciones no es el factor determinante del triunfo.

Por lo pronto, en el horizonte, en lontananza, sólo veo (con las excepciones que AMLO toma como mermas naturales y, además, necesarias) aplaudidores hasta con los “jefes de jefes”, variopintos en el cuello blanco o las manos negras por la mugre.

¡Muchas gracias y sean felices!
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