UN DÍA COMO HOY

POR EDUARDO OLIVARES A.

UN DÌA COMO HOY pero de 1885 muere en México el legendario bandido Jesús Arriaga, originario de Chiautempan nacido en 1858, mejor conocido con el sobrenombre de “Chucho el Roto” porque para llevar a cabo sus estafas acostumbraba vestir con suma elegancia, al estilo de los adinerados de esos tiempos, en pleno porfiriato, los llamados rotos (elegantes o catrines). A lo largo de casi diez años y en compañía de sus secuaces, apodados “La Changa”, “El Rorro”, “Juan Palomo” y “Lebrija”, robó y estafó, pero asimismo luchó en favor de los desposeídos, convirtiéndose en uno de los ídolos más queridos del pueblo, ya que robaba a los ricos para ayudar a los pobres.

Se asegura que su cautiverio se debió a la venganza de don Diego del Frizac, un millonario de origen francés, tío de una agraciada joven noble que se enamoró de Jesús, quien era en ese entonces un pobre y honrado carpintero. Matilde del Frizac y él procrearon una hermosa niña, a quien pusieron por nombre María de los Dolores (Lolita).[cita requerida]

Al descubrirse el hecho, Jesús fue humillado y amenazado por los parientes de la muchacha, y finalmente rechazado por esta, por temor a su tío. Entonces Chucho decidió robarse a su hija, y este fue el motivo para encarcelarlo, aún a pesar de haber devuelto a la criatura, primero en la penitenciaria de la Ciudad de México (cárcel llamada Los Arcos de Belén), de donde fue trasladado finalmente a San Juan de Ulúa, una de las cárceles más temibles del porfiriato, de donde escapo

Años después, fue apresado en las Cumbres de Maltrata, estado de Veracruz, en el que se supone fue su último atraco. Se asegura fue conducido nuevamente al penal de San Juan de Ulúa, mismo de donde había escapado nueve años atrás, introduciéndose en una cuba (barril que hacía las veces de un sanitario). Se comenta que cuando nuevamente intentó escapar, fue traicionado por un compañero de celda apodado “Bruno”.[cita requerida]

Herido de bala, fue recapturado, y al pasar por la plaza principal de la fortaleza, el coronel Federico Hinojosa, director del penal ordenó:

¡Que le den doscientos latigazos a ese desgraciado!

Con mucho orgullo, “Chucho el Roto” contestó:

No puede ser desgraciado el que roba para aliviar el infortunio de los desventurados.

El director dijo: –¡Denle trescientos!

Entonces fue trasladado a una celda de castigo conocida como El Limbo en el mismo penal, en donde un verdugo apodado “El Boa” cumplió la orden. Para ello, se dice, el verdugo recibió previamente mil doscientos pesos-oro de manos de Matilde del Frizac, la madre de Lolita, con el fin de evitar que Jesús muriera en el acto, pues el verdugo sabía cómo golpear.

Del Limbo lo llevaron a la enfermería del hospital más antiguo de Veracruz, el “San Sebastián”, donde oficialmente murió