Así se llamaba el residente de Estados Unidos que el jueves por la noche fue asesinado en la entrada de un edificio de condominios en Gaviotas, en la zona dorada.
Tenía 69 años de edad y de acuerdo con reportes de la policía, acababa de retirar efectivo de un cajero bancario. Por eso, la primera línea de investigación es el asalto.
Lo que haya sido se tiene que investigar. Y rápido.
¿Por qué?
Si los días pasan, se corre el riesgo que los responsables -se habla de dos sujetos- se vuelvan “ojo de hormiga” y jamás nunca los ubiquen.
Y entonces, el caso, grave y lamentable, quedaría impune.
Pero hay otro elemento. Mazatlán corre el riesgo en estos momentos de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos nos “boletine” en su lista negra de ciudades o destinos inseguros y peligrosos.
Hace apenas unas semanas, el gobierno de Obama lanzó su alerta de viaje para México, recomendando a sus connacionales qué ciudades y estados sí pueden visitar y cuáles no.
Afortunadamente Mazatlán quedó exento de ese “warning”. Pero con esto que acaba de suceder el jueves en la zona dorada, esa aprobación se tambalea.
Por eso la preocupación de abogados, empresarios y prestadores de servicios que trabajan para el sector turístico, están lanzando un exhorto urgente a las autoridades para que se hagan las investigaciones y se capture a los asesinos de este residente norteamericano.
De lo contrario…..
Está en manos del gobernador del estado, Mario López Valdez, ordenar a su procurador, Marco Antonio Higuera Gómez, ponerse a trabajar con sus mejores elementos en coordinación con Policía Ministerial y “Chuytoño”, porque esto señores URGE.
Lo peor, en estos momentos que le pudiera suceder a Mazatlán, es que el gobierno de Estados Unidos nos ponga en su lista negra.
Hasta mañana.