Merengue Inalcanzable

Por Adrián Simental.

El marco era grandioso, el estadio en Kiev un hervidero de emociones, cercano a ser testigo de una de las más grandes gestas históricas, con equipos con un peso, historia, tradición y grandeza de poca comparación en todo el fútbol Europeo.

Real Madrid y Liverpool se jugaban la supremacía y sabían que era la oportunidad única de cerrar con broche de oro una estupenda temporada en el mejor torneo de clubes de Europa.

Ambos equipos buscaron salir con lo mejor que tenían disponible, Liverpool llegaba con dos bajas por en su once inicial Joel Matip por lesión mientras que Emre Can perdía la titularidad por sus problemas físicos.

De inicio un partido en donde los dos equipos se veían estudiados cerrando los espacios, Liverpool de a poco gestaba un pequeño dominio, cuando lograba plantarse mejor en el campo con posesión y comodidad aunque sin llegadas de peligro.

Van Dijk era un peligro de cabeza en los tiros de esquina, Ronaldo avisó con un remate potente tras un desborde por el sector derecho su intento pasó por arriba del marco.

La primera clara de gol fue para Liverpool, Trent Alexander-Arnold tuvo el primero cuando disparó cruzado un balón que quedó a la deriva, el juvenil inglés le pegó con fuerza y cruzado, y su remate se quedó en las manos de Keylor Navas que con un espectacular lanza muy seguro se quedó con ella sin dar rebote alguno.

Cerca del minuto 30′ llegó una acción que cambiaría el rumbo del encuentro: un forcejeo entre Sergio Ramos y Mohamed Salah que terminaría con un fuerte jalón al egipcio que lo retiraría de la cancha.

Después de eso el transcurso del juego cambió.

Minutos después también Dani Carvajal tuvo que salir del campo por lesión y su lugar fue ocupado por Nacho, quien tuvo un buen partido cumpliendo como es su costumbre.

Real Madrid estuvo cerca de marcar el primero algunos intentos sobre la meta de Karius.

Incluso consiguió un tanto que fue anulado por fuera de lugar, tras remate de cabeza de Cristiano, atajado por Karius y contra-rematado por Benzema que la mandó a guardar aunque sin la validez del árbitro asistente.

Liverpool seguía desconcertado tras la baja de Salah pero logró mantener el cero para irse al descanso.

Una jugada realmente decepcionante para Liverpool les marcó de manera negativa el rumbo de partido; Loris Karius buscó realizar un saque de meta con las manos y en su intento por salir a velocidad, Karius estrelló su despeje en la rodilla de Benzema que terminó desviando el balón y este se terminó por meter lentamente a la portería del cuadro Red.

Con el 1-0 la situación realmente parecía complicada para el histórico inglés, pero de manera positiva de a poco fue buscando la iniciativa e ir generando peligro.

Real Madrid estuvo cerca del segundo cuando Nacho desbordó y mandó un centro al área que Isco rematará con potencia a primer poste intento que fue contenido a reflejo puro por Karius que la mandó a tiro de esquina.

Sadio Mané fue clave para la respuesta de los Reds.

Tras un tiro de esquina donde Dejan Lovren se elevó en todo lo alto para rematar y Sadio Mané logró desviar la trayectoria del balón antes de que Keylor Navas le llegara para justo cerca de la línea de gol cambiar el rumbo del remate y mandarla guardar para poner el 1-1.

Con esto Liverpool tenía el empate y el guión del encuentro tenía más dramatismo escrito en la segunda mitad, Isco logró plantarse dentro del área para rematar y su tiro que quedó en el travesaño salvándose el Liverpool del segundo, minutos después Karius salvó su portería con una gran estirada.

Al minuto 61′ Zidane movió sus piezas en ofensiva con un cambio que marcaría el rumbo del partido, Gareth Bale entró al terreno de juego en lugar de Isco Alarcón y cuando el galés apenas llevaba 3 minutos en el terreno de juego, aprovechó un centro por izquierda de Marcelo que puso el balón justo a la ubicación de Bale que la tomó a media altura y dejó caer una chilena que se incrustaba por arriba de la ubicación de Karius, marcando un de los goles más épicos en la historia de la Champions League y en un escenario inmejorable, Bale estaba soñando, era un gol de antología digno del escenario y el momento vivido.

Con el 2-1 el Madrid tenía la ventaja y dominaba los hilos del partido para los últimos minutos, Liverpool había perdido mucha poderío ofensivo Firmino están perdido en la cancha y poco logró conectar con sus compañeros, Lallana poco pudo hacer desde su ingreso aunque si buscaba generarle espacios a Mané, quien seguía intentando Ramos sabía de la peligrosidad del senegalés y realizaba una férrea marca, Milner y Henderson buscaban profundizar, buscando claridad para encontrar espacios pero Modrić y Casemiro hacían bien su trabajo robando y distribuyendo.

Ya en los minutos finales Marcelo asistió a Gareth Bale para que el galés probara desde lejos con mucha potencia el disparo, iba a la ubicación del meta alemán pero este por segunda vez en el encuentro se vio desconcentrado y la dejó pasar entre sus manos permitiendo el segundo tanto con otro garrafal error que ya en el minuto 83′ sería definitivo para las aspiraciones de los Reds para aniquilarlos.

Ya al final solo pasaron los minutos sin mucha novedad Liverpool no logró reponerse de los golpes puntuales y el Madrid lo capitalizó de manera perfecta para sacar un valioso e importante triunfo.

Con esto los merengues consiguieron su treceava estrella en Champions League, con un histórico triplete de manera consecutiva.

Marcando una etapa de oro para Zinedine Zidane como estratega, mientras que Liverpool no pudo cerrar de buena manera un gran temporada en Champions League con Klopp como director de orquesta.

El Madrid confirmó que su actual época será una de las más históricas a nivel europeo y que es el club más exitoso en nivel europeo.