El canciller Marcelo Ebrard dio este miércoles la bienvenida a la posibilidad de que el gobierno venezolano y de la oposición reactiven el diálogo en México.
El canciller Marcelo Ebrard dio este miércoles la bienvenida a la posibilidad de que el gobierno venezolano y de la oposición reactiven el diálogo en México.
Ayer, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y jefe de la delegación del gobierno de Nicolás Maduro para el proceso de diálogo, Jorge Rodríguez, se reunió en su país con el vocero de la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria, Gerardo Blyde.
Rodríguez expresó que es la vía para dirimir las diferencias políticas y planteó que para el gobierno es indispensable la liberación del ciudadano colombo-venezolano Alex Saab, integrante de la delegación gubernamental de diálogo preso en Estados Unidos acusado de conspiración para lavar dinero, que se castiga con penas de hasta 20 años de prisión.
El acercamiento entre el gobierno de Maduro y la oposición se dio el mismo día que Estados Unidos anunció la flexibilización de algunas sanciones económicas contra el gobierno de Maduro. La administración del presidente estadunidense Joe Biden autorizó a empresas petroleras estadunidenses y europeas a negociar y reiniciar sus operaciones con Venezuela.
El 26 de octubre pasado, el gobierno venezolano suspendió el proceso de diálogo en México luego de la extradición de Saab.
El secretario de Relaciones Exteriores Ebrard afirmó en las redes sociales que es “muy positivo el anuncio de la reanudación del diálogo entre Gobierno de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela. México dispuesto y listo para recibirles y contribuir a que sean todo un éxito. !!Enhorabuena!!”.
Hasta el momento, ni las partes venezolanas ni el gobierno mexicano han hablado de una fecha concreta para la reanudación de las mesas de diálogo que arrancaron en agosto con la firma de un pacto en la Ciudad de México.
Las negociaciones entre el gobierno y la oposición son facilitadas por el gobierno de Noruega, en tanto que México solo hace el papel de anfitrión.
Fuente: La Jornada